domingo, 27 de abril de 2008

LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES EN LA INTERNET

Por Jesús Antonio Correa Luna
Médico Sexólogo Clínico
A través del "modem" de la computadora y de una línea telefónica, los niños y adolescentes del Huila tienen acceso a una cantidad infinita de información y adquieren la oportunidad para la interacción.
La empresas que están llegando al departamento están ofreciendo una gran capacidad de conexión a unos precios accesibles para su mercadeo, con otra gama de productos o ganchos que los hace bastante atractivos a la suscripción de los hogares huilenses; aún más, se avecina la suscripción gratis ofrecida por el gobierno regional para las familias de escasos recursos, pero, igualmente, con derecho a recibir la “educación” por la Internet. Sin embargo, puede haber riesgos reales y peligrosos para el niño que no tiene supervisión.
Comunicación
La mayor parte de los servicios de conexión, indudablemente les proporcionan a los niños recursos tales como enciclopedias, noticieros, acceso a bibliotecas y otros materiales de valor educativo para su desarrollo escolar. Pero también ellos pueden usar la computadora para comunicarse con sus amigos y para jugar.
La capacidad de ir de un lado a otro con un solo "click" les atrae a la impulsividad, la curiosidad y a la necesidad de gratificación inmediata o realimentación que tiene el niño. La mayoría de los padres advierten a sus hijos que no deben de hablar con personas extrañas, o abrirle la puerta a un desconocido si están solos en la casa y que no debe dar ninguna información a cualquiera que llame por teléfono. La mayoría de los padres también controlan a dónde van a jugar sus hijos, cuáles programas de televisión deben ver y los libros y revistas que ellos deben leen.
Supervisar y orientar
Sin embargo, muchos padres no se dan cuenta de que el mismo nivel de supervisión y orientación se debe proporcionar para el uso de las conexiones online.
Los padres no deben suponer que los servicios de conexión en línea protegerán y supervisarán a los niños. La mayor parte de las "salas de conversación" (chat rooms) no están controlados. Dado que los nicknames o seudónimos son completamente anónimos, los niños no pueden saber si están "hablando" con otro niño o con alguna persona pervertida que aparenta ser un niño o adolescente.
Contrario a las personas que vienen a la casa o a las cartas que vienen por correo, los padres no pueden ver a las personas que conversan o leer los mensajes que vienen por "correo electrónico" (e-mail). Desgraciadamente, puede haber consecuencias serias para los niños si son persuadidos de que den información personal (por ejemplo, nombre, teléfono, dirección, contraseña) o si se han puesto de acuerdo con alguien para conocerlo en persona.
Otros riesgos y problemas
Fácil acceso para los niños a áreas que no son apropiadas.
Información "en línea" que fomenta el odio, la violencia y la pornografía.
Anuncios clasificados intensivos que engañan y bombardean al niño con ideas nocivas.
Invitación para que los niños se inscriban para ganar premios o se unan a un club que requiera proveer información personal o del hogar a fuentes desconocidas.
El tiempo que se pasa frente a la computadora es tiempo perdido para el desarrollo de las destrezas sociales.
Para un "online" seguro y educativo
Limitar el tiempo que pasan los hijos "online" y "navegando" en el Internet.
Enseñarle a los niños que hablarle a los "nombres de pantalla" en una "sala de conversación" es lo mismo que hablarle a desconocidos o a extraños.
Enseñarle al niño que nunca debe darle información personal que lo identifique a otra persona o "sitio" en el Internet.
Nunca darle al niño el número de su tarjeta de crédito o cualquier otra contraseña que se pueda usar para comprar cosas en línea o para tener acceso a servicios o "sitios" (website) inapropiados.
Enseñarle al niño que jamás se debe de ir a conocer en persona a alguien a quien conoció en línea.
Recordarle que no todo lo que ve o lee "en línea" es verdadero.
Usar las modalidades de control que su servicio de conexión en línea le ofrece a los padres, y obtener uno de los programas comercialmente disponibles que permiten que los padres limiten el acceso a las salas de conversación, los grupos de noticias y otros sitios no apropiados.
Proveerle una dirección, "e-mail", sólo si su hijo es lo suficientemente maduro para controlarla; supervisar periódicamente los mensajes que manda y recibe y planificar su actividad "en línea".
Enseñarle al niño a que use la misma cortesía que usa al hablar de persona a persona para comunicarse en línea; que no use malas palabras, lenguaje vulgar o profano, etc.
Insistir en que el niño obedezca las mismas reglas cuando use otras computadoras a las que tenga acceso como, en la escuela, biblioteca, o en casa de sus amigos.
Encaminar
Los padres deben de tener presente que las comunicaciones "en línea" no prepararán al niño para las relaciones interpersonales reales. Si usted inicialmente dedica tiempo para ayudar al niño a explorar los servicios de conexión y si participa periódicamente con él mientras usa el Internet tendrá la oportunidad de supervisar y encaminar el uso que hace su hijo de la computadora. Además, ambos tendrán la oportunidad de aprender juntos.
Hagámonos esta famosa pregunta: ¿sabe usted dónde están o con quiénes andan ahora nuestros hijos? Que, como padres, nos invite a la reflexión y a una puntual responsabilidad; antes las direcciones eran la carrera con la calle tal del barrio tal; ahora son las direcciones virtuales con amistades virtuales, potencialmente reales y acaso detectadas tardíamente.
Nuestros gobernantes apoyados por la sociedad deberíamos preservar la noble intensión de ofrecer la educación por la Internet, pero eso sí, aplicando programas y efectivas estrategias y supervisiones que filtren y tamizen aquellas conexiones dañinas para nuestra juventud, futuros padres, ejecutivos y gobernantes de nuestra sociedad; no sea que recibamos cuando viejos, lo que no pudimos controlar cuando jóvenes.

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